lunes, 25 de agosto de 2014

LAS MARAVILLAS DE DIOS.


Muchos de los que pasan por pruebas, en algún momento, llegan hasta el borde de la larga espera. En esa situación, ven decaer la fe, mermar su esperanza, confianza, seguridad, etc. en la Promesa de Dios. 

Stg 1:2  Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
Stg 1:3  sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.

No es aislado ese comportamiento. Vienen quejas, lamentos, dudas y cuestionamientos a nuestras mentes. El ritmo de la vida, quizás "NO AYUDA" , a encontrar la salida de aquello que te afliges. Pero, en esos momentos amargos y terribles que consumen el alma, es cuando Dios te da la Palabra que necesita, cuando tienes sed y hambre de su presencia. 

No mencionaré las penurias de Job, pero sí una parada que marca la grandeza de Dios, cuando dijo: “Escucha esto, Job (poner nuestro nombre y hacer cartelón); detente, y considera las maravillas de Dios” (Job 37: 14). Cuando todo parece ausente,  vuelve y mira porque las MARAVILLAS DE DIOS están a tu alrededor, aunque no esté tu DESEO incluído. 

Cuando considera, valora y agradece por las MARAVILLAS que Dios te regala, grandes cosas pasan en tu vida. En las Escrituras, hay una porción que reafirma ese criterio: “Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón;  y tú, luna, en el valle de Ajalón” (Josué 10:12). 
Procura en cada situación, contemplar las abundantes Maravillas que Dios y sentirá su plenitud y no hará falta contentamiento que no tenga en tus labios y corazón.



“Escucha esto, Job (pon tu nombre ); detente, y considera las maravillas de Dios”.  Job 34:17.



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