martes, 26 de agosto de 2014

Nimrod-Babel

Los descendientes de Noé

En el capítulo 10 se pasa revista a los descendientes de los hijos de Noé comenzando con Jafet (vv.1-5), y siguiendo con Cam (vv. 6-20), para luego llegar y detenerse en la rama principal: Sem (vv. 21-32). La rama de Sem es la más importante, porque de ahí saldrá el pueblo escogido: Israel. (Las líneas de Jafet y Cam se extienden hasta la tercera generación; en cambio, la de Sem hasta la sexta).
No obstante, en este capítulo, nuestra atención estará centrada en los descendientes de Cam, específicamente en Nimrod, y en su mayor obra: Babel, que es prototipo de las construcciones humanas que se oponen a Dios.1
En este capítulo hay un marcado énfasis sobre el número 7. Por ejemplo, se mencionan siete hijos de Jafet (10:2); sus nietos son siete (10:3-4). Mizraim tiene también siete hijos (10:13-14). En total, se mencionan 70 pueblos (14 jafetitas, 30 camitas y 26 semitas). Estos 70 proceden de un mismo tronco: Noé.2
El capítulo 11 es una explicación, entre otras cosas, de lo que vemos en el capítulo 10: el porqué la humanidad se dividió en tantos pueblos con tantas lenguas diferentes.


Ninrod

El relato del capítulo 10 hace una pausa en el desarrollo de las genealogías para narrar, entre los versículos 8 y 12, un episodio en torno a una persona: Nimrod. Esto le confiere una especial importancia.
El significado de la palabra «nimrod» se asocia con el verbo ‘marad’, «rebelar», lo cual anticipa los principales sucesos en que se vio involucrado este personaje. Nimrod llegó a ser «el primer poderoso en la tierra». La palabra poderoso (‘gibbor’ en hebreo) indica violencia, poder tiránico, lo cual sugiere que Nimrod se convirtió en un déspota. (La Biblia de Jerusalén traduce «gibbor» como «prepotente»).
El poder político de Nimrod se extendió por varias ciudades de gran importancia histórica como Erec, Acad, Asiria, Nínive y Cala. Se cree que fundó Nínive después del fracaso de la torre de Babel.
La frase «vigoroso cazador delante de Jehová» (10:9), no significa que Dios aprobara a Nimrod. La frase indica simplemente que la actividad de Nimrod llama la atención de Dios. (La versión griega del Antiguo Testamento –la Septuaginta– traduce «contra Jehová», en vez de «delante de Jehová»).
Nimrod puede ser estudiado también como tipo del anticristo.3

Babel

«Babel» significa, en idioma babilónico, «la puerta del dios», y en hebreo, «confusión». Esto sugiere que Nimrod, su mentor, quería presentarse ante la gente como si fuera un dios.
Babel fue edificada en una llanura. En la extensa llanura que hay al sur de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Eufrates. Como en Mesopotamia escasea la piedra, construyeron con ladrillo (hecho de arcilla cocida, endurecida). Con estos materiales levantaron Babel, y más tarde construyeron otros enormes monumentos arquitectónicos. (Nota interesante: En Palestina, a diferencia de Babilonia, escasea la arcilla pero abunda la piedra).
La ciudad de Babel y la torre construida (v. 4) hacen pensar en los ziggurats, que eran estructuras sagradas babilónicas.Los hombres querían lograr dos objetivos: querían hacerse un nombre, y llegar al cielo. Se llenaron de ambición de poder, de orgullo y rebelión. Pero «cuando los hombres rechazan en su escarnio las leyes y la gracia de Dios, y se exaltan a sí mismos, la catástrofe cae inevitablemente sobre ellos.» (Ch. Pfeiffer).
Dios descendió para ver lo que los hombres estaban haciendo. (El «he aquí» del versículo 11:6 es similar al de 3:22; ambas frases expresan la preocupación de Dios por prevenir algo calamitoso).
Y Dios confundió sus lenguas (el «vamos» de los hombres en 11:4 encuentra eco en la expresión «vamos» de Dios, en 11:7 –así lo traduce la Versión Moderna; Reina-Valera traduce como «descendamos»). Esto es el juicio de Dios, que indica que Dios no estaba en ello, ni podía estar de acuerdo. («Quienes ambicionan un gran nombre, salen ordinariamente con un mal nombre», M. Henry).5
Sin embargo, el juicio de Dios es misericordioso, porque no guarda relación con la gravedad de la ofensa. Dios no descendió con muerte, sino con la confusión de lenguas y con la consecuente dispersión de los hombres. La multiplicidad de idiomas que hay en el mundo no es un monumento al genio humano, sino a la arrogancia del hombre.6 Es un testimonio de la ambición del hombre de querer alcanzar el cielo. Los hechos relacionados con la torre de Babel ocurrieron, al parecer, en días de Peleg (10:25), o sea, en la cuarta generación, unos 100 años después del diluvio, y 320 años antes del llamamiento de Abraham.
Tal fue la suerte de la primera gran asociación de los hombres, y así será hasta el fin.7 Pero Babilonia tiene aún mayores alcances y significaciones que las que hemos visto hasta aquí.

La madre de las religiones

Babel es el comienzo de Babilonia, y como tal, Babel representa el verdadero carácter, objeto y resultado de todas las asociaciones humanas, y de las religiones humanas. Es el prototipo de todas ellas. A la muerte de Nimrod, su figura fue deificada, bajo el nombre de Marduk (o Merodac), junto a la de su esposa, Semi-ramis y a la de su hijo, Tamuz. Esta tríada de dioses (el padre, la mujer y el niño) pasó a todas las culturas, donde adquirió algunos rasgos y nombres distintos 8.
Babilonia es un nombre muy conocido, y de una influencia muy notoria en las Escrituras. Desde el capítulo 10 de Génesis y hasta el capítulo 18 de Apocalipsis, Babilonia siempre se identifica con las fuerzas que se oponen a Dios, a la obra de Dios, y al testimonio de los siervos de Dios. Cada vez que Dios se levanta un testimonio sobre la tierra, Satanás tiene una Babilonia para dañar ese testimonio. En el Antiguo Testamento, Babilonia se opone a Israel; en el Nuevo, Babilonia se opone a la Iglesia. Ella nace en Génesis 11, y muere en Apocalipsis 18 (Ver Anexo).
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1 «Por largo tiempo Babilonia fue conocida como la «Tierra de Nimrod». Después se identificó a Nimrod como dios de Babilonia, siendo su nombre idéntico con Merodac.» (Halley, op. cit.).
2 A. B. Simpson señala, comentando este pasaje: «Los judíos solían hablar de las setenta naciones de que se componía la familia humana». Es interesante observar, además, que Dios distribuyó los límites de estos pueblos según el número de los hijos de Israel –¡aunque éstos no aún no habían nacido! (Deut. 32:8).
3 Como tipo del anticristo, Nimrod presenta los siguientes rasgos: a) Nimrod, descrito como «poderoso», significa «rebelde». El anticristo vendrá con gran poder y va a desafiar a Dios (2ª Tes. 2:3-4) b) Nimrod era cazador, no tanto de animales, como de hombres «Cazador» es usado en este sentido en 1 Samuel 11:24 b; Jeremías 16:16-17; Proverbios 6:26. c) Mostró gran orgullo: «Por lo cual se dice: Así como Nimrod». El anticristo «se hará pasar por Dios» (2ª Tes. 2:4), y recibirá el culto de la gente (Apoc. 13:4). d) Nimrod era jefe de muchas naciones. El anticristo controlará a todo el mundo (Apoc. 13:7); y tal como la ambición de Nimrod fue juzgada, el anticristo será juzgado (Apoc. 19:20). (Truman, op. cit.).
4 Los ziggurats eran torres escalonadas cuadradas o rectangulares, con una especie de capilla en la parte más alta. Estos ziggurats sobreviven hasta el día de hoy en Mesopotamia. El propósito de estos monumentos era simbolizar una montaña arraigada en la tierra, cuya cabeza alcanzaba las nubes. La cabeza era considerada el punto de unión entre el cielo y la tierra, y abría la posibilidad de comunicación entre lo humano y lo divino.» (Voth, op.cit.). «Entre las ruinas de la antigua Babilonia se encuentran los restos de un edificio de 51 m. de alto por 133 de base. Fue construido de ladrillos secos, en siete plataformas, correspondiendo a los siete planetas conocidos a los que estaba dedicado. La más baja era de color negro, el color de Saturno; la siguiente era naranja, por Júpiter; la tercera de rojo, por Marte; y así sucesivamente. Estas plataformas estaban coronadas por una torre alta, en cuya cúspide aparecían los signos del zodíaco.» (H. Willmington, op. cit.).
5 El arqueólogo G. Smith halló en las ruinas de Babilonia una tablilla antigua con la leyenda que parece ser una tradición de Babel: «La construcción de esta ilustre torre ofendió a los dioses. En una noche derribaron lo que se había edificado. Los esparcieron lejos, e hicieron extraño su lenguaje. Impidieron su progreso. Lloraron lágrimas ardientes sobre Babilonia.» (H. Halley, op. cit).
6 Un resultado del pecado de Babel fue la confusión de lenguas que produjo las tres divisiones de la raza humana, los semitas, los camitas y los jafetitas. Pero en la cruz del calvario, estas tres divisiones se reúnen otra vez, (Gál.3:28). En el libro de los Hechos vemos cómo la salvación de Dios llega a descendientes de las tres ramas raciales: a los judíos descendientes de Sem, en Hechos 2:41; a un etíope africano, descendiente de Cam, en Hechos 8:26-39, y a un centurión romano descendiente de Jafet, en Hechos 10. (Truman, op. cit.).
7 «Es interesante hacer una asociación entre Génesis 11, Hechos 2 y Apocalipsis 7. En Génesis 11 la diversidad de lenguas es la expresión del juicio de Dios; en Hechos 2 las lenguas son la dádiva de su gracia; y en Apocalipsis 7 todas estas lenguas están reunidas alrededor del Cordero rindiéndole tributo de gloria. La asociación de Dios culmina en gloria; la del hombre en confusión.» (C. H. Mackintosh, en Estudio sobre el libro del Génesis). Al respecto, Alan Richardson afirma: «Cuando los hombres en su soberbia se jactan de sus propios logros, lo único que resulta es división, confusión, y falta de entendimiento; pero cuando se proclaman las maravillosas obras de Dios, entonces cada persona puede oír el evangelio apostólico en su propia lengua». (Comentario Bíblico Moody).
8 Recomendamos la lectura del libro «Babilonia, misterio religioso», por Ralph Woodrow, que abunda en detalles al respecto.





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